
¿Les ha pasado alguna vez que tienen en sus armarios prendas de hace años que aún utilizan sin desgastarse ni dañarse? ¿se han preguntado alguna vez por qué existen prendas más exclusivas que otras y por qué el valor de estas es más elevado que otras en el mercado?
Actualmente el mercado de la moda está buscando maneras de reinventarse y por supuesto generar un impacto positivo tanto para el ambiente, como para el gremio del sistema moda, así como para el consumidor final creando nuevas estrategias que hacen posible competir en el mercado como realmente debe ser y es a través de la diferenciación y la creatividad en donde el precio pasa a un segundo plano de competitividad.
El slow fashion llego para contraponerse a la tendencia del “fast fashion” en la cual se buscaba producir masivamente las prendas para venderlas al menor precio posible pero con una calidad dudable ya que estas no tenían una vida útil prolongada y con ello los consumidores se veían obligados a comprar constantemente y desechar rápidamente; El “slow fashion” por otro lado busca que exista durabilidad en las prendas, bolsos y calzado y sus acabados para así garantizar al consumidor y al mercado artículos de calidad que podrán usar una y otra vez, pero más allá de ello se trata de una tendencia a tomar consciencia que a la vez permite lograr grandes objetivos como lo es la moda sostenible, el posicionamiento de marca y la creación de una cultura de valor real hacia el trabajo que existe detrás de un diseño.
Debo recalcar que el “slow fashion” no es lo mismo que la moda sostenible o sustentable, se complementan por supuesto pero el slow fashion está orientado hacia la responsabilidad enfocándose en resaltar esos valores agregados y los detalles que hacen a una prenda única, pero sobre todo durable y de calidad por encima del precio recurriendo a prácticas como lo son:
Creación de colecciones con pocas unidades.
Prendas exclusivas o la realización de una sola unidad por talla.
Acabados, detalles o prendas elaboradas a mano.
Uso de artesanías o trabajo manual para la elaboración de prendas, bolsos y accesorios.
Pocas colecciones al año para que así los consumidores aprendan a disfrutar y valorar de cada adquisición realizada.
Incentivo de la customización o el “reciclaje” de prendas o lo que conocemos como reutilización transformando aquellas prendas que quedan en bodega o stock para crear algo nuevo y en tendencia, inclusive algunas marcas aceptan trueques de prendas como en el caso de los jeans o también eventos para customizar tus propias prendas a través de pinturas, herrajes y demás accesorios.
Aparición de aplicaciones a través de las cuales se pueden vender y comprar prendas usadas, pero en buen estado.
Uso de materiales ecológicos.
Creación de prendas básicas pero necesarias en cualquier armario que permitan crear varios looks a partir de la misma y con ello reduciendo el consumo compulsivo.
Prendas y colecciones que cuenten una historia.
A través de las redes sociales mostrar quienes se encuentran detrás de la elaboración de cada prenda para crear valor.
Colecciones limitadas.
Conocer realmente al mercado para ofrecerle piezas tan únicas y especiales como ellos mismos, piezas que quieran tener por el resto de sus días.
Como estas existen muchas practicas más que hacen a una marca ser promotor del “slow fashion”, quizás muchas de estas piezas tengan un costo más elevado de lo que estamos acostumbrados en el mercado sin embargo es algo que debemos analizar, evaluar y valorar ya que estamos adquiriendo productos de alta calidad, exclusivos, únicos, con diseño y uso de arte o trabajo manual pensado precisamente en su durabilidad, prendas que perduraran en nuestro armario y aunque en el momento debamos invertir un poco más en ellas veremos beneficios a largo plazo, muchas veces nuestro bolsillo termina siendo más afectado cuando debemos desechar y comprar nuevamente constantemente.

Para mí el “slow fashion” es la posibilidad de darle valor real a la moda, de apreciar realmente el proceso que hay detrás de cada producto, de valorar ese tiempo que los diseñadores se toman para crear, diseñar, plasmar, es la oportunidad de apreciar lo hecho por artesanos, el arte que existe en cada prenda, de conocer su historia y llevar con orgullo lo nuestro. El “slow fashion” trae grandes beneficios mis queridos empresarios del sistema moda ya que incentiva el comercio local, se promueve la diferenciación invitando a la creación de diseños propios alejando la copia e imitación y con ello el posicionamiento de marca y los lazos de fidelización ya que una excelente calidad garantiza un cliente satisfecho que nuevamente regresara en el futuro, beneficios que también existen para nosotros como consumidores ya que tendremos calidad, durabilidad, moda, diseño, arte y una inversión a largo plazo en nuestro armario.
La adquisición de prendas atemporales y el aprender a realizar diversas combinaciones para crea versátiles outfits con nuestro closet son algunas de las acciones que podemos realizar para concientizarnos acerca de la importancia de un consumo responsable, un consumo que realmente aprenda a valorar la moda para poco a poco optar por arriesgarnos a la compra de prendas exclusivas, con diseño, arte y detalles artesanales acordes a nuestro estilo.
Debemos dejar de consumir pensando únicamente en nuestro beneficio, debemos consumir pensando en que nuestras decisiones de compra pueden afectar a personas y al medio ambiente y por ello es importante aprender a evaluar y ser responsables en ese proceso, amamos las compras es verdad, personalmente es algo que me encanta, pero cuando aprendamos a hacerlo de manera responsable aprenderemos a disfrutarlo aún más y lo mejor nos daremos la oportunidad de conocer nuevas marcas y emprendimientos responsables.