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  • Business á la mode. Natalia Mendoza B.

Cómo competir sin tener que recurrir al precio más bajo


 
Calidad, diferenciación: factores para competir más allá del precio

Marcas como Religare Store, Maliné BG, Diana Delgado y Agua Tinta son ejemplo de marcas con valores más allá del precio

¿En la búsqueda por atraer clientes y aumentar sus ventas han tenido que recurrir a la baja en precios para darse cuenta al final que realmente no recuperaron ni ganaron absolutamente nada de lo invertido y por el contrario los gastos fueron mayores a los ingresos?

Constantemente nos vemos envueltos por un mercado en el cual la oferta es masiva y el regateo es el pan de cada día para contrarrestar una competencia fuerte, sólida pero principalmente movida por un único factor y es el PRECIO.

Lamentablemente y especialmente en Bucaramanga, para lograr subsistir en medio de un mercado cada día más competitivo y a una cultura criada en medio de valores hacia las marcas únicamente económicos, se han dejado de lado muchos otros aspectos que realmente le dan a un producto o un servicio el valor que merece más allá de números y cifras.

Es común observar como nuestro mercado nos compara con la competencia diciendo que somos más costosos, que en otro lado lo consiguen más económico para luego observar esos mismos clientes adquiriendo productos mucho más costosos que los nuestros y es ahí donde cometemos el error de reducir precios creyendo que de esa manera atraeremos la atención de ese público objetivo al cual queremos llegar y que por consecuencia aumentaremos ventas y con ello las cifras de nuestra empresa. Pero la realidad es totalmente diferente a esa idea que nos planteamos en nuestras cabezas, reducir precios no es más que una medida desesperada por buscar luchar en el mercado que finalmente no garantiza ni ese aumento en ventas ni esa atracción en clientes y por el contrario si estamos desvalorizando nuestra marca y mostrando grandes desventajas competitivamente hablando tales como:

  • Sacrificar calidad, insumos y materias primas.

  • Una imagen de mala calidad debido a esa baja en los precios, ya que muchas veces nuestra mente como consumidores tiende a poner en duda la calidad al observar un precio bajo.

  • No retorno de la inversión ya que al bajar precios las ganancias disminuyen.

  • Un posicionamiento de marca erróneo.

  • Llegar a un segmento de mercado no deseado.

  • Al momento de querer comenzar a subir los precios se pierden los clientes alcanzados hasta el momento.

  • Una inconsistencia en la imagen de nuestra marca, en el mensaje que transmitimos y en el ADN que nos caracteriza.

Cuando estamos en ese proceso de establecer los precios de los diversos productos o servicios que vamos a ofrecer debemos tener en cuenta diversos aspectos esenciales para ello como lo son los insumos que vamos a utilizar, con qué proveedores vamos a trabajar, la calidad que queremos ofrecer al mercado, el costo de producción o lo que realmente nos vale producir, qué tipo de posicionamiento queremos para nuestra marca o cómo queremos que el público perciba a nuestra marca, la mano de obra en cada etapa de elaboración del producto así como de atención al cliente ya sea que tengamos un equipo de trabajo o por el momento solo seamos nosotros mismos, entre muchos factores más que contribuyen a la suma de ceros a la hora de fijar precios, sin embargo existe otro factor, que a mi modo de ver es el más importante y el que más contribuye y es el valor diferenciador, esa ventaja competitiva que nuestro producto o servicio tiene de manera agregada, lo que lo hace diferente de los demás dentro del mercado, ese es el verdadero VALOR de un producto o servicio, el VALOR AGREGADO. Erróneamente estamos acostumbrados a creer que el precio es nuestra única herramienta para competir, cuando realmente debemos competir a través de los atributos, ventajas y valores que nuestros productos o servicios le pueden ofrecer a nuestros clientes, a través de toda una experiencia corporativa que evoque sentimientos y emociones y con ello el cliente genere toda una percepción propia que lo lleve a evaluar en una balanza mental si realmente vale la pena pagar lo que vale ese producto o servicio por todo aquello que va a recibir, cuando son más los beneficios que encuentra el cliente inmediatamente existe una conexión, un deseo de compra y una posible creación de fidelización sin importar el precio:

  • Productos personalizados

  • Detalles únicos dentro de la elaboración de ese producto

  • Un servicio al cliente impecable

  • Solución efectiva y eficaz a quejas y reclamos

  • Vivir experiencias al tener contacto con la marca, enamorarse del producto, sentirse alegre, jugar con olores y colores para generar todo un ambiente diferente

  • Un servicio post venta que garantice la satisfacción de los clientes

  • uso de materiales y acciones que contribuyan con el cuidado del medio ambiente

  • Calidad y durabilidad

  • Tutoriales en redes sociales sobre cómo usar, combinar y/o cuidar tus productos

  • Análisis de mercado, conocer sus gustos y ofrecer solución a sus necesidades

  • Demostrar a través de tus redes sociales qué te hace diferente, demostrar esas ventajas y beneficios que tus clientes sientan la necesidad de adquirir tus productos o servicios

  • Jugar con los empaques y envoltorios genera una experiencia que motiva y diferencia

  • Ofrecer exclusividad

Todos estos detalles por sencillos que parezcan son los que le aumentan el valor a tu marca, son los que hacen que tu marca sea diferente y se gane un espacio en el corazón y en la mente de los compradores, pero debes ser tu como marca quien le muestre esas ventajas y beneficios a los clientes de una manera explícita y constante sin caer en la reiteración para que así se comience a crear una cultura que valora más allá de precios, que valora el trabajo, la calidad, el diseño y lo diferente.

Antes de recurrir a esta medida desesperada pensemos realmente como queremos que nos reconozcan dentro del mercado ¿Por tener precios bajos o por calidad y diferenciación? Si queremos que otros valoren nuestro trabajo debemos empezar por nosotros mismos a darle ese valor real que merece, recuerda que, aunque muchos digan que es muy caro no hay que desistir, debes lograr encontrar ese segmento de mercado que realmente valore, admire y adquiera lo que hace ser tu marca, no siempre se puede ser el más económico, siempre existirá alguien más, pero si puedes ser aquel que resalte en medio del montón.

Como siempre les digo: cuando tienes valores agregados y elementos diferenciadores, le estas dando al mercado muchos más factores para elegirte más allá del precio.

¿Y ustedes consumidores realmente están dispuestos a sacrificar calidad por un precio más económico? Recuerden que lo barato SIEMPRE sale caro

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