¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a situaciones donde debemos ceder demasiado de nuestra parte para recibir algo que deseamos? o por el contrario cuantas veces somos nosotros quienes nos quedamos inmóvil en nuestra posición hasta que el otro cede hasta obtener algo que necesitamos?
Constantemente en nuestra vida estamos relacionándonos con los demás, conociendo nuevas personas y entablando diversas relaciones unas por un tiempo y otras prolongadas, en la moda sucede lo mismo, todo el tiempo estamos relacionándonos con nuestro equipo de trabajo, con nuestros proveedores, los empleados de almacenes donde compramos insumos, las personas encargadas de transportadoras y envíos, multimarcas, colaboraciones con otras marcas o personas, creadores de contenido, agencias de publicidad y marketing, colegas, mentores, clientes, consumidores y así podría quedarme todo el post
nombrándoles personas con las cuales nos relacionamos a través de la cadena productiva sin importar que tan grande o pequeña sea nuestra marca, te has puesto a pensar que tipo de relación tienes en cada caso? Y no solo hablo de relaciones de cordialidad y respeto, las cuales son sumamente importantes, ¿has analizado el juego de negociación que existe detrás de cada relación? ¿Cada vez que buscas a estas personas necesitas algo de estas y de su trabajo para poder realizar el tuyo, producir tus diseños, llegar a más personas impulsando tu marca, pero alguna vez has pensado que estas personas también quieren o están necesitando algo que a lo mejor tu podrías ofrecerles? En una formación que estoy realizando hablaban acerca de la importancia de cultivar relaciones “win-win” o “ganar-ganar” relaciones donde ninguno se impone sobre el otro sino que por el contrario ambos buscan el beneficio mutuo a través de un intercambio, que fácil sería la vida si entendiéramos que en lugar de pelear y ceder ante concesiones o ser inflexibles hiciéramos una negociación donde ambos estemos contentos con el resultado, yo sé que debes estar pensando que es sencillo porque al final yo necesito por ejemplo, el insumo y mi proveedor el dinero, pero muchas veces no todo es entorno al dinero, te doy un ejemplo, imagina que necesitas de un proveedor con urgencia, tu sabes que este proveedor tiende a demorarse pero es el mejor en lo que hace, así que tú le propones que si te cumple correctamente con los tiempos de entrega tu te comprometes a realizar pedidos con este ya no de manera ocasional sino por el contrario durante todo el año, para este será una motivación el saber que tendrá un cliente fijo durante el año que significa entrada de dinero y tu tendrás los insumos que necesitas en el tiempo que necesitas, ambos se están beneficiando mutuamente, ambos quedan felices y a la vez crean una relación que puede llegar a fortalecerse y extenderse, antes de pelear o de discutir con tu interlocutor piensa por un momento tu que podrías ofrecer que pueda ser de gran valor para esa otra persona pero que no implique por supuesto un sacrificio o una perdida para ti, quizás estés pensando que un ejemplo de este tipo de relaciones son las colaboraciones, por supuesto, toda relación es un gana y gana, pero en este, como en todo, existen excepciones, ofrecer únicamente a cambio tu número de seguidores o tu alcance en redes sociales no es algo que realmente beneficie a la otra parte o por el contrario ofrecer únicamente una mención en tus redes realmente puede beneficiar a la otra persona o marca? qué más podrías ofrecer realmente de valor ? en estas colaboraciones muchas veces la otra parte es quien realiza todo el trabajo y es ahí donde la balanza se desequilibra y el ganar-ganar desaparece.
Ahora que tal si este principio en los negocios lo aplicas a tu vida diaria, a las diversas relaciones que tienes en tu vida, con tu pareja, tus amigos, tu familia, no se trata de andar por la vida negociando, se trata de ser conscientes de cómo podemos entregar valor a los demás y recibir ese valor a cambio, un principio que puede ayudarnos a evitar más de una discusión y aprender a ponernos en el lugar del otro.